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FLORES DE BACH
Funcionamiento de las Flores de Bach I
Funcionamiento de las Flores de Bach I
- Las Flores de Bach y el origen de la enfermedad
- ¿Cómo funcionan las Flores de Bach?
- ¿Cómo puedo saber que Flores tomar?
- ¿Quién puede decidir que Flores necesito?
- ¿Se pueden combinar las Flores con otros sistemas florales?
1. Las Flores de Bach y el origen de la enfermedad
Uno de los
aspectos más notable de la terapia floral de Bach es la búsqueda y el
tratamiento del origen verdadero de la enfermedad. Cuando nos enfermamos,
normalmente buscamos un remedio rápido y eficaz para sentirnos mejor, pero casi
nunca nos ponemos a pensar en el verdadero origen de esta enfermedad. Por
ejemplo, si nos da gripe, normalmente lo asociamos con algo externo, como lo es
el virus de la gripe o el que nos hayamos mojado, tomado una nieve o salido a
la calle una noche en que hacía frío. Estos factores pueden ayudar a que nos
enfermemos, pero no siempre que nos mojamos o convivimos con una persona con
gripa nos enfermamos, así que debe de haber otro factor, y ése es el factor
emocional.
Cada vez son
más las investigaciones que comprueban lo establecido por el Dr. Bach: las
emociones tienen un efecto profundo en nuestra salud. No solo afectan al
sistema inmunológico, sino que crean predisposiciones a muchas enfermedades.
Prácticamente a cada enfermedad se le ha asociado una emoción negativa.
Por ejemplo,
emociones como el odio, la envidia y el resentimiento están relacionados con
enfermedades como el cáncer y la diabetes. Las enfermedades de la piel se
relacionan con la falta de autoestima. Siempre que hay cambios en el estilo de
vida hay tensión emocional, lo cual debilita el sistema inmunológico, que a su
vez propicia el desarrollo de enfermedades.
Es allí
donde las flores de Bach muestran su valor. No solo sirven para resolver el
problema emocional, sino también la causa emocional de la enfermedad. Mientras
algunas terapias pueden simplemente aliviar los síntomas, las flores de Bach
resuelven su verdadero origen. No por esto debe de dejar de tratarse la
enfermedad a nivel físico, pero si no se resuelve el problema emocional, es muy
probable que con el paso del tiempo el problema físico vuelva a aparecer.
Una vez que
entendemos que las enfermedades tienen su origen en las emociones, podemos
analizarnos a nosotros mismos hasta encontrar cuales fueron las emociones que
provocaron la enfermedad. Por ejemplo, si tenemos gripe, podemos recorrer las
emociones y experiencias del pasado que nos han llevado a esta enfermedad.
Puede ser una simple tensión emocional pasajera, por aspectos familiares,
escolares, o de trabajo, pero lo suficientemente poderosa como para
debilitarnos lo suficiente para que la enfermedad física se presente. Una vez
que tomamos conciencia de ello, es más fácil y rápido superar la enfermedad.
De esta
forma, podemos entender a las enfermedades no como castigos o errores, sino
como oportunidades para superarnos emocionalmente. Lo más deseable es que
continuamente nos analicemos para conocernos a nosotros mismos, superando así
nuestras limitaciones y alzando una mejoría personal. Pero si no nos
autoanalizamos, entonces aparece la enfermedad, como si nuestro yo interno nos
dijera: “¡Oye, me estás descuidando!”
Ahora, no
siempre es fácil identificar esas emociones, y mucho menos superarlas. Entonces
usamos las flores de Bach, ofreciendo al cuerpo un estímulo adicional para
superar nuestros miedos, resentimientos y traumas, por ejemplo.
2. Como funcionan las Flores de Bach
El método se
basa en el uso de trenita y ocho remedios naturales, derivados de las flores,
que inciden sobre las vibraciones energéticas más sutiles del hombre.
Con la
asimilación de los remedios, que carecen de efectos secundarios y no
interfieren con los medicamentos, se obtiene una mayor resistencia a los
trastornos físicos, así como una mayor serenidad y aceptación de uno mismo.
Pero ¿por
qué precisamente las flores?, pues porque la vida de la planta se concentra en
sus flores y es que la flor donde está la semilla que después vuelve a la
tierra para regenerarse de nuevo.
Así, podemos
apreciar cómo, al relacionarnos con las flores y la preparación de los
remedios, actuamos a través de los cuatro elementos fundamentales que regulan
la armonía de nuestro planeta:
- LA TIERRA, que proporciona a la flor apoyo y alimento, y a nosotros nos da conciencia y sostén; sin la tierra, no podríamos existir, por lo menos tal como somos ahora
- EL AIRE, que nos alimenta;
- EL FUEGO, que se expresa con toda su fuerza, a través también del sol que nos nutre y nos regenera, y es un elemento indispensable en la preparación de los remedios;
- EL AGUA, que nutre la planta y es determinante para la vida de todo el planeta y también para nosotros, dado que nuestro cuerpo está compuesto en un ochenta por ciento por agua y, además, porque los remedios se preparan utilizando el agua como elemento base.
Así es como
toda la naturaleza de los remedios se expresa a través del vínculo con los
cuatro elementos que se encuentran en la base de la vida misma y son, por lo
tanto, determinantes e imprescindibles.
No existe
curación posible si no va acompañada por una actitud mental distinta, por la
tranquilidad y la felicidad interior.
La única
condición que debe tener en cuenta quien experimenta por sí mismo este método
es que aprenda a reconocer honestamente los propios estados de ánimo,
asociarlos con los remedios y confiarse a ellos para recuperar el bienestar.
Bach
consideraba que estas flores pertenecen a un “orden superior”, por cuanto cada
una de ellas canaliza una vibración energética que responde perfectamente a
determinadas características del ánimo humano. Las treinta y ocho flores, por
tanto, se relacionan con el paciente en función de un intercambio energético
que podría definirse como “chispa divina”, o también como “potencial
espiritual”, y que se clasifican de acuerdo con este potencial.
Por lo tanto,
cuando un obstáculo se interpone entre nuestra personalidad y nuestro potencial
espiritual, nuestro campo energético produce una vibración distorsionada que,
con el tiempo, puede degenerar y activar un malestar de tipo físico.
El objetivo
prioritario de las flores es el de relacionarse con nuestras características
básicas, para devolverlas a su primitivo equilibrio y, por consiguiente, y a
través de su vibración energética beneficiosa, recordándonos quiénes somos y
cuáles son nuestras autenticas potencialidades.
Así,
restablecidos, podremos por fin volver a alcanzar aquellas características
primarias que forman nuestro bagaje de recursos, y que nos permiten reconocer
nuestra unidad y nos confieren integridad.
3. ¿Cómo puedo saber que flores tomar?
Elegir la
flor adecuada supone estar en condiciones de actuar sobre uno mismo y sobre los
demás para ayudarles a crecer espiritualmente. Significa asumir que, de este
modo, se empieza a tomar conciencia de la propia vida para actuar y aprende a
reconocer cuáles son los propios desequilibrios. Significa, por último permitir
que las flores se relacionen con nosotros, equilibrándonos y a la vez
sugiriéndonos una nueva forma de afrontar la vida cotidiana y las relaciones
con quienes nos rodean.
Para
lograrlo, debemos primero ser capaces de trabajar con constancia sobre nosotros
mismos, para aprender a reconocer nuestros estados de ánimo, incluso el más
profundo, y por consiguiente activar el proceso de curación.
Un proceso
que, en apariencia, debemos emprender solos, pero que, realmente, nos permite
sentirnos parte del mundo, iguales a todas las demás criaturas y, sobre todo,
conscientes del hecho de que nuestros errores son parecidos a los de tantos
otros y que a través del reconocimiento de los propios desequilibrios, se
accede ala comprensión universal. De este modo, un acto de amor hacia nosotros
mismos se transforma en un acto de amor y de comprensión respecto a los demás.
Hay que acabar, en suma, con el hábito de comparar y confrontar todo con
nosotros mismos y adoptar una nueva actitud. Debemos afrontar los retos que nos
depara el destino con decisión, conscientes de que hemos de llevar a cabo una
misión concreta en esta vida. De hecho, esos obstáculos nos permiten adquirir
un reconocimiento más profundo sobre la realidad.
Una premisa
de este tipo nos lleva a considerar que la elección de la flor adecuada esta
estrechamente relacionada con nuestra habilidad para actuar como mediadores
entre las propiedades de la flor y nuestra propia capacidad de comprensión, que
debe carecer de proyecciones y prejuicios o, peor aún, de recelos y que, a su
vez, debe estar dirigida por un cierto reconocimiento tanto de las flores como
de las distintas sintomatologías.
Veamos
cuáles son los sistemas más usados para identificar la flor más adecuada o para
la correcta mezcla de los remedios.
Contamos con
dos posibles métodos: El Método Racional y el Método Intuitivo.
El método
racional
Este sistema
consiste en efectuar un análisis de los trastornos físicos y emotivos del
paciente.
Existen
diversos métodos para llevarlo a cabo.
EL
CUESTIONARIO
Se trata de
un sistema muy práctico que consiste en preparar una lista de los remedios
posibles y un pequeño cuestionario que tome en consideración una serie de
trastornos en el que se marcaran con una cruz todos aquellos que no se
correspondan con la manera normal de sentir y percibir de las personas en
cuestión.
Una vez
acabado el test, y partiendo de la lista de remedios, pondremos al lado de cada
flor tantas cruces como veces aparece en el repertorio junto a los trastornos
señalados. La suma final nos permitirá identificar las flores implicadas en
mayor número.
En este
momento tan sólo quedará decidir cuál es la terapia más eficaz y correcta.
EL COLOQUIO
Otro sistema
consiste en una simple charla, durante la cual, a través de las respuestas que
nos proporcionará la persona, podremos reconocer el problema principal y, por
consiguiente, la flor o las flores más adecuadas.
EL ANÁLISIS
Por el
contrario, por lo que respecta a la elección efectuada personalmente, lo mejor
es, además del cuestionario, leer con atención, con el corazón abierto y
dispuesto a la búsqueda, la descripción de las flores, para identificar a qué
tipología pertenecemos y, en consecuencia proceder a un examen más profundo de
nosotros mismos.
En cualquier
caso, recordemos que no hay flores correctas y flores equivocadas, sino flores
más o menos adecuadas. En el caso de que el diagnóstico fuera incorrecto no
sufriremos daño alguno. Simplemente, nuestro superconsciente identificará esa
flor como innecesaria. Sea como fuere, no hay que temer que una flor inadecuada
pueda provocarnos un desequilibrio que no sufríamos antes. No es así como
funciona la energía y la vibración de las flores. En realidad, se trata de una
energía que trabaja únicamente de manera positiva y que, por definición, no
puede aumentar el desequilibrio.
El método
intuitivo
Los métodos
intuitivos son múltiples, desde la elección casual de la botellita hasta el uso
del péndulo.
Estos
métodos tienen la ventaja indudable de desconectar la mente de cualquier
análisis, perjuicio u otra prevención.
Con estos
métodos, confiamos en la energía para acometer la indagación, dejándole que
realice un trabajo que, en caso de hacerla nosotros, seguramente sería más
imperfecta.
En lo que
respecta al ambiente en el que debe procederse a esta indagación, comentaremos
que obviamente, no es preciso guardar las flores en una habitación especial; de
todos modos, no estaría de más que se desarrollara en un lugar confortable y
apartado, más aún si decidimos adoptar el sistema intuitivo. Evitaremos
cualquier tipo de distracción: una mesa llena de objetos inútiles, trasiego de
gente, teléfonos que suenan, etc.
Si es
posible, pondremos un poco de música suave y relajante.
4. ¿Quién puede decidir que flores necesito?
Cualquier
persona puede aprender a elegir los concentrados florales de Bach adecuados.
Esto es válido, con muy pocas excepciones, para los casos de autotratamiento y
de preparación de mezclas florales para personas de nuestro entorno familiar y
circulo de amistades, y para estados agudos, como por ejemplo, problemas
escolares, discusiones familiares o dificultades en el lugar de trabajo.
Pero hay que
desaconsejar expresamente el tratamiento de personas desconocidas (tratamiento
a extraños). Para que la terapia de Bach tenga éxito, es importante que el
terapeuta tenga una formación especializada. Una persona que ha experimentado
en si misma el efecto positivo de las flores de Bach esta deseosa de acudir
presurosa en auxilio “del mundo entero”. Sin embargo, para poder ayudar
realmente de un modo cualificado a otras personas, se necesita algo más que el
puro entusiasmo.
Además de
una capacidad de observación y de una intuición muy por encima de la medida,
así como de una gran capacidad de comprensión, se requiere también la capacidad
de mantener un distanciamiento crítico, mucha experiencia y una sólida técnica
para el diálogo. Ni siquiera los profesionales poseen todas esas cualidades en
la medida suficiente. De ahí que haya que ser también muy crítico al elegir el
terapeuta adecuado.
¿Se pueden
combinar las flores?
El sistema
de Flores de Bach es armónico en sí mismo. Todas las esencias pueden combinarse
entre sí, hasta el extremo de que determinadas flores, adecuadas para estados
de ánimo aparentemente contradictorios, pueden utilizarse juntas en una mezcla.
Incluso puede decirse que este tipo de estados a primera vista “opuestos”, se
dan juntos con la relativa frecuencia.
¿Cuántas
flores se pueden tomar combinadas?
Muchas personas,
al conocer todo lo que hacen las Flores de Bach, sienten que deben de tomar
todas las flores, o al menos, una gran cantidad de ellas.
Si las
flores no tienen efectos secundarios, podríamos pensar en hacer una combinación
con muchas flores. Pero se ha observado que mientras menos flores se den al
mismo tiempo, su efecto es más rápido, profundo y duradero. Es por esto que
normalmente es preferible hacer un mejor diagnóstico y dar pocas flores en
lugar de muchas.
El criterio
es: Primero tratar los más urgente y de mayor importancia para el paciente, y
luego se pueden ir tratando los demás problemas. Esto requiere de disciplina
por parte del paciente, pues si son muchos los problemas emocionales, el
tratamiento puede ser largo para poder acabar con todos los problemas.
El máximo
recomendado por el Dr. Bach es de 7 flores al mismo tiempo.
Sin embargo,
no existe en la actualidad una respuesta de validez general; es preciso decidir
en cada caso. Al inicio de una terapia con las flores de Bach puede suceder,
por ejemplo, que el número de flores orientativo que se recomienda
habitualmente (de cinco a siete) no sea suficiente. También, y sobre todo en el
caso de los principiantes, cuando se duda entre una y otra flor, es mejor
incluir ambas en la mezcla en lugar de descartar una flor, quizás importante,
lo que podría dar lugar a poner en duda el efecto de toda la mezcla. Las flores
elegidas que no sean adecuadas, no producirán ningún efecto en la mezcla. Por
otro lado, no es aconsejable elegir innecesariamente un gran número de flores
de acuerdo con el principio “a mayor cantidad mayor efecto”.
La
experiencia demuestra que el número de flores de Bach que se necesitan va
reduciéndose a lo largo de la terapia, conforme desaparecen los problemas más
superficiales y solo van quedando los más profundos.
5. ¿Se pueden combinar las Flores de Bach con
otros sistemas florales?
En general
nuestra recomendación es que no. Hay algunos sistemas más completos y más
abiertos, con flores para estados emocionales muy específicos, y que agregan
flores continuamente, y es común el querer combinarlo con las Flores de Bach.
Pero otros sistemas florales, aunque también muy efectivos, tienen
características diferentes.
¿Qué problemas pueden haber con otros sistemas florales?
A veces las
flores usadas en algunos sistemas están comprometidas kármicamente, como la
flor de la Amapola usada para fabricar heroína. Otras flores han sido usadas
para rituales de brujería o magia negra, también deben de evitarse.
Hay flores
con actividad nocturna o lunar en lugar de diurna o solar. Estas deben de
evitarse.
Las flores
de plantas venenosas no deben de usarse.
Las flores
de algunos sistemas pertenecen a plantas parásitas de otras plantas. Estas
flores pueden tener problemas.
Otros
sistemas incluyen esencias de cristales, de colores, de sentimientos, etc.,
cuya energía no necesariamente armoniza bien con las Flores de Bach. En general
deben de evitarse las esencias de cristales y minerales, aunque pueden usarse
los cristales externamente en el cuerpo.
Algunos
sistemas provienen de ambientes con climas muy distintos al de las Flores de
Bach, por ejemplo las Flores del Desierto. Aunque estos sistemas pueden ser muy
efectivos, tienen una energía diferente al de las Flores de Bach.
Lo mismo
sucede con los sistemas algunos países, cuya energía es muy distinta a la del
país de origen de las Flores de Bach, por ejemplo, las de Australia o de
África.
El único sistema que recomendamos para
combinar con las Flores de Bach es el de Flores de Saint Germain. Este sistema
tiene una vibración muy similar a la de las Flores de Bach.
Liset
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